A diario abrimos y cerramos ciclos, ya sea desde la rutina de bañarnos (en donde iniciamos el ciclo abriendo el paso de agua y lo finalizamos cerrándolo) hasta la rutina del día laboral, la cual da inicio en un horario y con una actividad determinada, hasta que la finalizamos con una última tarea, como por ejemplo, si fuera el caso, cerrar la computadora y encargarnos de otras actividades fuera de ese rol.
Así, también sucede con la vida, en donde abrimos, desarrollamos y cerramos ciclos, o por lo menos así debería ser ¿no? Pero ¡cómo cuesta a veces darle un fin a algunas cosas! aunque en el fondo sabemos que cuando lo logramos damos un paso muy grande hacia delante, y así evitamos quedarnos estancados/as.
A veces en los cierres de ciclos hay pérdidas, pero siempre hay aprendizaje, que nos lleva a un avance personal. El cual claramente no lo entendemos al principio, pero el tiempo es sabio y nos muestra pronto las respuestas si sabemos verlas.
Sin cierre de ciclo y aprendizaje no hay cambio, no hay un futuro diferente.
Muchas veces escucho “que este año termine pronto y que el próximo sea mejor” pero la realidad es que un cambio en el calendario no es lo que cambia nuestra situación, sino lo que lo hace es nuestra actitud frente a las cosas que vivimos.
Pst! Podés oir esta nota desde el programa de Podcast que tengo que se llama “Consultorio de imagen” Lo encontrás en Spotify, Apple Podcasts y Google Podcasts.
¡Subo un episodio nuevo cada miércoles por la mañana!
Como humanos tendemos a aferrarnos a lo conocido, por más que sea nocivo para nosotros, a veces lo hacemos por costumbre y porque es mucho más fácil aguantar lo que ya conocemos que saltar en busca de lo desconocido y que tal vez sea mejor.
Una parte de nosotros siempre buscará seguir en lo mismo y no experimentar la incertidumbre frente a lo nuevo.
Pero te tengo noticias, desde el 2020 vivimos en una incertidumbre mundial y seguís acá, resistiendo. Te probaste que sos capaz de hacer frente a la adversidad, a la incertidumbre y reinventarte. ¡Felicitaciones por eso! Date el tiempo de felicitarte, de entender tus cambios de humor, de perdonar tus malas decisiones, agradecete por el trabajo que hiciste y agradecé a la vida por darte una nueva oportunidad en el siguiente año.
Si querés reiniciar soltá lo que no te ayuda, permitite hacer tus duelos y construí una memoria de lo vivido para aprender.
No sé en que situación te encontrás vos hoy, pero si te interesa cerrar este ciclo de 365 días que vivimos, te aconsejo que hagas tu balance personal del año.
Si la memoria no te ayuda apelá a revisar tus posteos de redes sociales, las fotos de tu celu, tus correos, o preguntale a tus seres queridos sobre los momentos compartidos con vos.
Y una vez que termines ese balance vas a poder plantear tus objetivos de cara al año siguiente.
Te comparto un poco de mi experiencia en caso de que te sirva:
Desde hace algún tiempo, cada vez que termina el año hago un cierre de ciclo mental y físico.
Mental: porque tengo la costumbre de escribir en una especie de diario las cosas que me pasan, las emociones que experimento y las decisiones que tomo en base a eso. Este diario lo llevo diariamente, semanalmente o cuando tengo deseos de bajar las cosas a papel. Antes me exigía a tener una regularidad diaria en la escritura, pero como soy de espíritu rebelde me peleaba conmigo misma por mantener, o no, esa regularidad. Hoy en día paso semanas de escritura constante y diaria como semanas en donde solo escribí una vez. Pero en esa vez descargo todo lo que hace ruido en mi cabeza y me llena de paz.
Luego de releer todo lo que fui escribiendo durante el año, ya estoy lista para analizar el resultado de los objetivos planteados al inicio de año, y los aprendizajes que me quedo, junto con los agradecimientos a las experiencias vividas. Así el 01 de enero ya estoy con la cabeza organizada para escribir sobre un nuevo inicio de ciclo y lo que espero de él.
Si te sirve el ejemplo de mi diario arrancá desde hoy y buscá ese cuaderno en donde vas a escribir tus memorias y el 01/01 comenzá. No importa si no sabés como, solo escribí…que las palabras fluyen solas, ya habrá tiempo de aceitar la técnica.
Si me estás leyendo más tarde, acordate que podés empezar con esto en el momento que quieras y lo necesites, aún aunque ya hayas pasado mitad de año.
Desde el lugar físico dedico unos días a repasar mi espacio de trabajo y la casa, y así liberarme de papeles y cosas que se fueron acumulando durante el año y ocuparon espacio.
Estos 2 ejercicios me ayudan a cerrar el año, desintoxicar y quedarme con lo realmente importante para mi.
Tal vez mi experiencia te sirva para encontrar un modelo que se adapte a vos y desde ya te aclaro que si querés hacer tu cierre de año no necesariamente tiene que ser hoy 31 de diciembre, sino cuando lo sientas necesario.
Para reiniciarte a vos mismo/a y arrancar un nuevo ciclo, podés comenzár por eliminar esos malos hábitos que no te gustan y que hasta a veces te avergüenzan.
No es necesario que comiences con objetivos muy elaborados, ya con iniciar rompiendo hábitos o actitudes estarás dando un gran paso en tu vida.
Te dejo algunos ejemplos de hábitos o actitudes que muchas veces queremos cambiar:
1 Procrastinar, y dejar todo para después es algo que nos molesta a muchos, pero lo seguimos haciendo. Es un gran hábito a modificar, y te puede ayudar la frase “Si Hoy lo decido, hoy comienzo”
2 La Impulsividad, detenerte y respirar antes de tomar una decisión puede ser una gran idea
3 Mentir para impresionar con tal de caer bien a otros. Siempre es mejor idea ser auténticos.
4 Ser Autosuficiente y olvidar que a veces la ayuda adecuada nos agiliza el camino, o nos trae buenas ideas.
5 Olvidar tus Necesidades, si siempre ponés a los demás por delante no te vas a dar cuenta de cuántas cosas vos de verdad estás “necesitando”
6 Dejar tu Energía en cosas que no te suman. Hacé una lista de esto, te va a traer otra perspectiva.
8 Cerrar el Ciclo con aquellas cosas, lugares, personas que no te suman.
9 Ser consciente de lo que consumís. Aplica para todo, desde comida hasta malas noticias.
10 Conformarte con la situación,con lo que hay, desde un lugar de insatisfacción, frustración, y parálisis. ¡Siempre puede haber un cambio!
Tal como te comentaba más arriba en la parte física de mi cierre detox de año, está lo de tirar cosas, y depurar los ambientes en los que convivo.
Para ayudarte en este tema, en caso de que quieras intentarlo, te voy a dejar una lista de cosas para tirar:
1-Elementos que te roban las energías porque te dan nostalgia o NO te hacen sentir bien, a veces son cosas que te traen recuerdos negativo. Liberarte de esto puede ser muy sano para hacer cierres con el pasado, puede tratarse de fotos, recuerdos, regalos guardados.
2-Cosas que NO te ayudan físicamente.
En cuanto al vestir pueden ser prendas que son incómodas, zapatos que apretan, textiles que ajustan, pican, o te hacen transpirar.
Respecto a muebles y elementos puede ser un colchón incómodo que no te da buen descanso, algún elemento que estorba en tu circulación diaria y te lo chocás constantemente, se te cae, o te lastima.
Recordá que si tu casa se ve abarrotada te genera un estrés visual, no te permite enfocarte en lo verdaderamente importante, te demanda tiempo y evita que la energía fluya.
3– Cosas rotas sin salvación, y objetos que demandan tu tiempo o dinero para poder mantenerlos, nada en tus espacios debe convertirse en una carga.
4-“Las cosas por si”… las necesito, bajo de peso, por si se me pierde compro 2, o en mi experiencia organizando armarios la famosa “guardo esta prenda por si mi hija la quiere usar”
5- Identificá y retirá de tus especios las cosas que no tienen nada que ver con tu personalidad, tu estilo, tu decoración.
Sin más, espero que estos consejos de alguna manera te hayan ayudado a terminar y arrancar un nuevo ciclo en tu vida.
Gracias por leerme, te deseo los mejores éxitos y ¡un gran nuevo inicio!